jueves, 27 de diciembre de 2012

Incluso en estos tiempos


Mi madre llamó el día de Nochebuena por equivocación Ángel a Alberto. Y al día siguiente, yo encontré por casualidad una foto de Alberto abrazando a Ester.

Cosas que pasan.

Pero una extraña sensación, como un anzuelo clavado en el paladar, se ha quedado y no se va. Necesito el consejo de una persona sabia, que sepa cómo tranquilizarme.

Y esa persona eres tú.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Descalzos por el parque

Discutir, hacer el amor, discutir, hacer el amor, discutir, hacer el amor, discutir, hacer el amor, discutir, hacer el amor, discutir, hacer el amor,discutir, hacer el amor, discutir, hacer el amor, discutir, hacer el amor, discutir, hacer el amor, discutir, hacer el amor, discutir, hacer el amor, discutir, hacer el amor, discutir, hacer el amor, etc.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Plagio 05



Nosotros, que somos los de entonces,
los que no tenemos donde,
los que siempre hablamos solos...

Nosotros, que no formamos parte,
decidimos seguir al margen,
viviendo en el alambre

Memoria de jóvenes airados
vive al norte del futuro
y al sur de la esperanza...

Cautivos, en reinos conquistados
donde habitan los silencios
donde ya no queda nada

memoria de jóvenes airados....

Nosotros, que estamos siempre alerta
marcamos la diferencia
sin haceros reverencias

Vivimos, caminamos sin aliados
amamos como soñamos,
soñamos siempre armados

Memoria de jóvenes airados
vive al norte del futuro
y al sur de la esperanza...

Cautivos, en reinos conquistados
donde habitan los silencios
donde ya no queda nada

memoria de jóvenes airados...

viernes, 23 de noviembre de 2012

Anoche soñé que volvía a Manderley



Algunas noches acostada en mi cama, con los ojos cerrados y a punto de quedarme dormida, juraría con todas mis fuerzas que aun existe el gabinete. Por un momento tengo la absoluta certeza de que, si me levanto y camino por el pasillo, seguirá allí, con su suelo rojo, sus dos mesas y sus libros en las paredes.

Pienso también que el frigorífico continúa plantado en la entrada junto a la puerta, que El beso de Klimt está sobre la cama y que aún hay tres agujeros mal tapados en la pared del salón. Incluso, si me concentro bien, puedo sentir los pasos de un gato negro sobre el armario, a punto de lanzarse sobre mí para despertarme. Puedo ver y notar todo eso como si lo tuviera delante de mis ojos.

Pero no. No ha quedado nada. El gabinete y todo lo demás han desaparecido ya. Miro a mi alrededor despacio, buscando algo que me confirme que todo aquello existió algún día. Una señal que me diga que no está solo en mi imaginación. ¿Acaso es capaz la mente de hacer desaparecer periodos completos de una vida?

Y justo cuando estoy a punto de rendirme, de aceptar que lo he soñado todo, que nunca hubo gato negro, ni agujeros en la pared, ni nada, aparece mi señal. Ahí está. Sobre mi mesa. Olvidado detrás de un calendario y de un bote de lápices: el pequeño corazón de cristal de Malta. Sigue ahí, donde ha estado siempre, como si nada.  

Lo cojo y de repente, como por arte de magia, aparece todo otra vez. El gato, el gabinete, el frigorífico, los agujeros, incluso muchas otras cosas que había olvidado por completo. Una hucha con forma de cerdo, una bala en una caja, una guitarra en un rincón.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Ángel caído



Se ha estrellado un ángel en el cielo de Madrid

P.D. en la Calle Mayor, frente al Mercado de San Miguel

miércoles, 31 de octubre de 2012

Nos estamos volviendo todos locos como cabras


Correo electrónico enviado por el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, MACBA:
«Barcelona, 26 de octubre — El Museu d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA) ha presentado esta mañana Filtraciones, primera exposición individual en el Estado de los artistas Nasrin Tabatabai i Babak Afrassiabi (...)»

Mi respuesta al departamento de prensa del museo:
«En el "Estado"?»

Su respuesta a mi respuesta:
           «Hola Irene,
            Es la primera exposición individual de estos artistas en el                 Estado español
           ¿Aclara la duda?
           Ya me dirás
           Gracias
           Mireia»

Contesto de nuevo:
«Aclaradísima, gracias. No sabía si era en el estado iraní o en el español. Como en el mundo hay varios estados...
Muchas Gracias Mireia»

Última respuesta:
«Pues tienes toda la razón! Lo tengo en cuenta... »

domingo, 28 de octubre de 2012

Plagio 04

Seré breve:
te he perdido y eso duele

viernes, 14 de septiembre de 2012

Noche de sapos



Principios de agosto. Voy paseando con mi bici por las calles de Alameda. Hace una noche muy calurosa. Ni siquiera me hace falta llevar puesta la chaqueta. Pedaleo despacio, disfrutando del dulce olor a hierba y a paja que flota en el aire de la sierra. Está todo muy oscuro. No hay luna y las estrellas brillan descaradas. Dejo la plaza del pueblo atrás y me dirijo hacia las eras para ver mejor el cielo.

-¿Sabes qué es muy fácil encontrar en una noche como esta?
-¿Qué?
-Uno de esos sapos aplastados. ¿Sabes de qué hablo?
-No mucho.
-Un sapo chafado por algún coche. Seco y lisito como una hoja de papel. Hace años que no veo uno.

Y nada más decir esto, en la esquina de la calle de la Iglesia y camuflado por la sombra de una zarza, lo veo. Ahí está, como el geniecillo que sale de la lámpara después de frotarla, esperando durante años a que yo pronunciara esas palabras. Y no está aplastado. Ni muerto. Está vivito y coleando.

Es del tamaño del puño de un hombre adulto. De color gris verdoso. Y, no sé si es por la emoción pero, a mí me parece un sapo precioso.

Me acerco con la bici y le doy un golpecito suave con la rueda delantera. El sapo se mueve un poco. Da dos pasitos torpes y se para. Le vuelvo a dar. Da otros dos pasos más. Me mira indiferente con sus dos ojos enormes y negros.

-¿Por qué la gente tiene miedo a los sapos? Si no muerden, ni hacen nada.
-Déjalo ya. Que te va a escupir.
-¡Qué va!

Le vuelvo a dar con la rueda. Esta vez con más fuerza. Y, de pronto, el sapo se gira, da un paso hacia la bici y escupe. Me quedo perpleja, viendo como se aleja calle arriba. Paso a paso. Sin saltar. Moviendo el culo de lado a lado.

A la mañana siguiente, había un sapo aplastado y reseco en el medio de la calle de la Iglesia. Y prometo que no fui yo.

viernes, 31 de agosto de 2012

La tormenta


Hoy se cumplen dos años desde el encuentro en el Museo del Prado. Y aunque estoy muy feliz por las tres rosas, no puedo evitar sentir también una profunda tristeza por el recuerdo de "tu mirada mojada, donde vi que rezabas por mi alma,

te vi llorar un río a cada lado
y, ¿qué podía hacer yo?,
si no huir
y así poder
ponerme yo a llorar también".

jueves, 30 de agosto de 2012

Plagio 03

Todos esos momentos se perderán en el tiempo
como lágrimas en la lluvia

jueves, 5 de julio de 2012

La oración


Anoche recé.
Lo hice en voz alta, como solía hacerlo cuando era pequeña y tenía miedo. Recité el Padrenuestro con los dedos entrelazados y le pedí a Dios que cuidara de todas las personas a las que quiero.

Y después, de repente, reconocí por primera vez ese deseo que tengo oculto durante meses por ser madre. Sin previo aviso, lo admití por fin.

Y me asusté mucho. Así que volví a rezar. Y al terminar el Padrenuestro, me tendí otra emboscada y, antes de que me diera tiempo a pedir nada sensato, rogué quedarme embarazada cuanto antes. Mañana. Esta noche. Hace dos semanas.

Ahora ya es real. Lo he reconocido por fin. Acabo de convertir un pensamiento pasajero, que no terminaba de cobrar forma, en un verdadero deseo.

Y me vuelvo a dar cuenta de que no es tan difícil reconocer en cada momento qué es lo que quieres y qué lo que no quieres. Y gritar, “oye, que esto no lo quiero” o, por el contrario, “eh, que sí quiero, que sí, que lo quiero”.

Y yo lo quiero. Lo quiero, lo quiero, lo quiero. Dios, cómo lo quiero.


lunes, 25 de junio de 2012

Azul




No consigo quitarme la horrible sensación de que estamos en el tiempo de descuento. De que en cualquier momento, el árbitro pitará el final. Vivo en esa certeza constante desde el principio. Sin embargo, pasan los minutos, las horas, los días, los meses y hasta los años, y el juego no termina.

Y me pregunto qué pasaría si los 90 minutos anteriores no hubieran sido el verdadero partido. Me planteo que ocurriría si el tiempo oficial es en realidad esta prórroga en la que ya ha habido dos ocasiones de gol, y no las dos partes anteriores que acabaron 0-0.

Pero sigo aterrada ante el sonido inminente del silbato.
¿Qué me pasa? ¿Es que acaso no creo en el amor?

miércoles, 13 de junio de 2012

EL sueño de la razón produce monstruos


Ayer maté una cucaracha.
Agarré el Cucal y apunté durante un minuto hasta que murió. Al principio, ella intentó escapar y empezó a correr. Pero yo no flaqueé y seguí rociando al bicho con el spray.
La dejé muerta en la cocina y salí al balcón con las piernas temblando a respirar el aire puro de la M-30.

Supongo que el tiempo lo cura todo.  

miércoles, 6 de junio de 2012

Esplendor en la hierba


_ Ya nadie me habla de él.
_ ¿Por qué?
_ Supongo que temen que me pueda doler.
_ ¿Y sería así?

jueves, 19 de abril de 2012

Plagio 02

La muerte apareció de repente, estrangulando un peral en mi jardín.

lunes, 2 de abril de 2012

Cosas que me gustan


Mi nuevo casco integral.
Su pulgar izquierdo activando el intermitente al cambiar de carril.
Mis pies apoyados sobre los estribos.
El reflejo de su cara en el depósito.
El aire helado colándose por los puños de mi chaqueta.
Sus palmaditas en mi muslo izquierdo.
Las luces de colores al recorrer la Gran Vía.
Su manera de subirse la visera para hablar conmigo.
El sonido del pedal al cambiar la marcha.
Su mano levantándose del manillar para saludar.
Las curvas de La Morcuera.
La silueta que nos devuelven los cristales de los escaparates.

Ella, aparcada en mi calle, negra y brillante. Presumiendo de tubo de escape.
Él, con el casco bajo el brazo, avisandome con el claxon para que baje.
Yo, espiando a ambos a través de los balcones.

martes, 6 de marzo de 2012

Volver


Volver a llenar el armario de vaqueros y chaquetas.
Volver a ducharme en la bañera de las flores.
Volver a mirar la M-30 por el balcón.
Volver a decorar la misma casa una y otra vez.
Volver a poner un papel doblado en el ojo de la cerradura.
Volver a tender la ropa en el salón.
Volver a subir las escaleras grises con la compra.
Volver a fregar los platos a mano.
Volver a colocar los libros en las estanterías.
Volver a sentarme en mi silla roja a escribir.
Volver a comprar vasos, tazas, sartenes en IKEA.
Volver a bailar Twist and sound en medio del salón.


Por fin en casa.

lunes, 27 de febrero de 2012

Látigo

Estoy cansada del látigo con el que me azota mi mano derecha desde hace años.
No lo soporto más.

viernes, 24 de febrero de 2012

lunes, 20 de febrero de 2012

La ciudad del amor perdido

Volver a Barcelona ha sido como si una bala me atravesara la cabeza de lado a lado.

No soy capaz de recordar cuántas veces he llorado en esa ciudad. Pero seguramente son muchas más de las que puedo soportar. Todavía me veo bajando Paseo de Gracia a las 3 de la mañana echa un mar de lágrimas. Sin entender nada. Y por supuesto si cierro los ojos, me traslado inmediatamente a Arco del Triunfo y vuelvo a estar abrazada a Ángel, llorando sin querer subir en el autocar que me llevaba de vuelta a Madrid.

Ha pasado mucho tiempo, pero ha vuelto a ocurrir.

Lo peor de todo, o lo mejor, es que voy a tener que volver de vez en cuando a Barcelona para visitar a una persona que vive en la ciudad del amor perdido. La parte buena es que a este nuevo chico no le puedo perder porque solo tiene un mes.

viernes, 27 de enero de 2012

Plagio 01

"Ayer te ví.
Tan odioso y tan extraño.
Como esa gente con la que uno se pelea en el tráfico.

Me viste tú también.
Dudaste. No quisiste arriesgar.
Nunca fuiste muy valiente.

Hiciste muy bien.
Ahora estoy armada hasta los dientes."

martes, 24 de enero de 2012

Generación perdida

De momento estoy teniendo mucha suerte. Ni un revisor en meses.

La cosa es así. Viajo tranquila la mitad de mi trayecto. Leyendo, mirando por la ventanilla o espiando a los demás pasajeros que vuelven cansados de trabajar. Pero cuando el tren cierra sus puertas en Villaverde Alto y se pone de nuevo en marcha, cruzando la invisible y temida frontera entre la Zona A y la Zona B, dejo lo que estoy haciendo y me concentro en vigilar las dos puertas que comunican el vagón con el resto del convoy.

En mi plan sin plan, imagino que si veo entrar a un revisor pidiendo billetes me dará tiempo a esconderme en un compartimento a lo Con la muerte en los talones o a saltar a la vía y escapar a la carrera. O mejor, que improvisaré un discurso en inglés disculpándome porque soy una turista despistada y no sabía nada del cambio de zona.

Y así paso las cuatro paradas que me separan de La Serna. Con mi triste Abono Transportes y su delatora A en las manos, mirando los polígonos industriales y las casas de ladrillo de las Zonas B y B1.

Luego nunca pasa nada. Llego sin problemas, nadie me ha pillado y salgo de la estación con esa ligera satisfacción de quien ha burlado a la autoridad una vez más. Pero un día me van a enganchar. Lo presiento. Ya me toca.

_Ya te has vuelto a colar, ¿a qué sí?
_Sí.
_Un día te van a pillar.
_Lo sé. Pero no me queda otra.

lunes, 9 de enero de 2012

Día de Reyes

Te gustaría verme así.

Sentada en la alfombra, frente a la chimenea encendida. Tranquila, mientras leo el libro que me han traído los Reyes. Lugares que no quiero compartir con nadie, de Elvira Lindo, se titula.

Sé que te gustaría verme pasar las páginas, relajada y feliz, con las rodillas calientes y la espalda fría.

Y que te gustaría ver como levanto la cabeza y miro concentrada el fuego y la leña. Pienso que te gustaría verlo y entonces tengo que dejar el libro a un lado, coger un cuaderno y escribirlo.

Pienso que si me vieras dirías algo así como: me gusta que estés tranquila leyendo. Y, ¿sabes qué? A mí también me gusta.

Y no pasa nada más. Sigo leyendo, feliz y relajada, el libro que me han traído los Reyes, y que por cierto te recomiendo, satisfecha de estas cuatro frases que acabo de escribir.