Estoy cansada del látigo con el que me azota mi mano derecha desde hace años.
No lo soporto más.
lunes, 27 de febrero de 2012
viernes, 24 de febrero de 2012
lunes, 20 de febrero de 2012
La ciudad del amor perdido
Volver a Barcelona ha sido como si una bala me atravesara la cabeza de lado a lado.
No soy capaz de recordar cuántas veces he llorado en esa ciudad. Pero seguramente son muchas más de las que puedo soportar. Todavía me veo bajando Paseo de Gracia a las 3 de la mañana echa un mar de lágrimas. Sin entender nada. Y por supuesto si cierro los ojos, me traslado inmediatamente a Arco del Triunfo y vuelvo a estar abrazada a Ángel, llorando sin querer subir en el autocar que me llevaba de vuelta a Madrid.
Ha pasado mucho tiempo, pero ha vuelto a ocurrir.
Lo peor de todo, o lo mejor, es que voy a tener que volver de vez en cuando a Barcelona para visitar a una persona que vive en la ciudad del amor perdido. La parte buena es que a este nuevo chico no le puedo perder porque solo tiene un mes.
No soy capaz de recordar cuántas veces he llorado en esa ciudad. Pero seguramente son muchas más de las que puedo soportar. Todavía me veo bajando Paseo de Gracia a las 3 de la mañana echa un mar de lágrimas. Sin entender nada. Y por supuesto si cierro los ojos, me traslado inmediatamente a Arco del Triunfo y vuelvo a estar abrazada a Ángel, llorando sin querer subir en el autocar que me llevaba de vuelta a Madrid.
Ha pasado mucho tiempo, pero ha vuelto a ocurrir.
Lo peor de todo, o lo mejor, es que voy a tener que volver de vez en cuando a Barcelona para visitar a una persona que vive en la ciudad del amor perdido. La parte buena es que a este nuevo chico no le puedo perder porque solo tiene un mes.
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