Hoy se cumplen dos años desde el encuentro en el Museo del Prado. Y aunque estoy muy feliz por las tres rosas, no puedo evitar sentir también una profunda tristeza por el recuerdo de "tu mirada mojada, donde vi que rezabas por mi alma,
te vi llorar un río a cada lado
y, ¿qué podía hacer yo?,
si no huir
y así poder
ponerme yo a llorar también".