Mi madre llamó el día de Nochebuena
por equivocación Ángel a Alberto. Y al día siguiente, yo encontré por
casualidad una foto de Alberto abrazando a Ester.
Cosas que pasan.
Pero una extraña sensación, como
un anzuelo clavado en el paladar, se ha quedado y no se va. Necesito el consejo
de una persona sabia, que sepa cómo tranquilizarme.
Y esa persona eres tú.