miércoles, 13 de junio de 2012

EL sueño de la razón produce monstruos


Ayer maté una cucaracha.
Agarré el Cucal y apunté durante un minuto hasta que murió. Al principio, ella intentó escapar y empezó a correr. Pero yo no flaqueé y seguí rociando al bicho con el spray.
La dejé muerta en la cocina y salí al balcón con las piernas temblando a respirar el aire puro de la M-30.

Supongo que el tiempo lo cura todo.  

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